Vemos una peli como "Hotel Ruanda" o "La lista de Schindler" y lloramos.
Nos enteramos de lo que pasa cerca de nuestras casas, en Pompeya por ejemplo, donde los niños le hacen un pete a cualquier adulto que lo quiera por tan solo dos pesos y luego van comprar una dosis de paco.
Vemos a chiquitos aspirando Poxiran.
Familias durmiendo en la calle... y pensamos: "Yo debería hacer algo!; tanta injusticia, tanto genocidio y yo sentado aquí!".
Sin embargo, no teman, esta horrible sensación se pasa rápido.
Todo pasa. La emoción pasa. Las ganas de ayudar pasan. Nosotros pasamos.
"Puede colaborar?"
"..... no. Paso."