
Hay diferentes versiones sobre el origen del fenómeno, pero la verdad no se conoce. Sin embargo la versión que circula con más fuerza por los despachos oficiales es la siguiente: "Parece (le comenta una empleada con delantal celeste a otra) que todo empezó cuando un faloperito entreriano, totalmente endrogado, se quedó dormido y dejó caer el porrito entre los yuyos". A lo cual su compañera responde: "Qué bárbaro che! De no creer".