El primer impulso es "Cerrar!, cerrar puertas, ventanas, que no entre nadie!". Después, frente al evidente exceso, la literatura salva y sana.
"Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio."
Es raro... no se trata de una solución, ni de un consejo, ni siquiera una frase aliviante; sin embargo, al leerlo algo cobra sentido y hasta puedo reirme. De mí, por supuesto. De quén más?
Gracias Julio por esas palabras. Gracias Julio (el otro) por las caricias.